No existe una técnica ideal para la construcción de un pene similar al natural tanto en su forma como en su función. Todas las técnicas empleadas tiene sus pro y contras. Todas conllevan un grado elevado de complejidad y complicaciones. Todas requieren varias cirugías para lograr el objetivo deseado.
En líneas generales los pasos son:
Confección de un neofalo no funcionante con o sin uretra dependiendo de la técnica empleada. En el mismo acto se pueden implantar prótesis testiculares.
Confección de uretra si no fue formada en la etapa previa.
Implante de prótesis peniana para lograr actividad eréctil del neofalo.
Las técnicas de faloplastías empleadas habitualmente pueden ser en forma de colgajos o en forma de colgajos libres vascularizados.
Las técnicas de colgajos son las mas seguras y deslizan tejidos locales a localización prepúbica con confección de una estructura tubular similar a un pene. La más empleada es la de tejido suprapúbico. También se emplean las glúteas o de tejido de muslo.
Los colgajos libres vascularizados utilizan tejidos a distancia y a través de una unión de arterias venas y nervios vuelven a conectarse en la región genital. Los más empleados son los de músculo dorsal ancho (espalda) y los de antebrazo.
Cada técnica tiene su ventaja y sus desventajas y deben hablarse con cada paciente en particular.
Dependiendo de cada técnica empleada, varia el tiempo operatorio y la internación postoperatoria. El tiempo mínimo entre cada una de las etapas de la cirugía es habitualmente de 6 meses.
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